Esto me pregunté yo durante una época por lo que realicé una búsqueda de información que he organizado para poder dejarla en el blog y que sea de ayuda a otras familias. Cuando mi bebé tenía unos 4 meses o 5 meses, su rutina de sueño cambió y comenzó a hacer siestas de 30 minutos ¡clavados! ¿Qué le estaba pasando? ¿Cómo podía hacer para que durmiera más? Y sobre todo, ¿esto era normal?
El sueño y el descanso de los peques es algo que nos preocupa a los padres con niños de cualquier edad. ¿Cómo consigo que mi bebé duerma más siestas? o que duerma siestas largas, que aguante más tiempo dormido durante la noche…
Y es que el sueño de los peques afecta directamente al descanso de toda la familia y al bienestar de todos, grandes y pequeños. Así como al rendimiento al día siguiente tanto en el trabajo como en la escuela.
Seguro que a estas alturas ya has oído hablar de las crisis de sueño y… es que ¡hay unas cuantas!. La de los cuatro meses parece que tiene su origen en la incapacidad para manejar despertares parciales. Es decir, el peque se está despertando después de llegar a la parte del sueño ligero de un ciclo de sueño.
Algunas familias pueden plantearse hacer técnicas de entrenamiento para que sus bebés duerman de manera independiente, otras están cómodas ayudando a sus peques a pasar esta fase evolutiva. Lo que puede funcionar para una familia puede no funcionar para otra o ir en contra de su estilo de crianza.
Desde aquí me gustaría decirte que no recomiendo ningún método que sea dejar llorar al pequeño, no consolar o no atender esa llamada (la herramienta de comunicación de los bebés es el llanto). Diversos estudios demuestran que esto tiene impacto en su cerebro a corto y largo plazo, llegando a afectar en la edad adulta. Los niveles de cortisol que manejan cuando se les deja llorar sin ayudarles dejan una huella en su cerebro.
Algunos bebés son extremadamente susceptibles a los cambios de posición o se dan cuenta de que las condiciones en las que se quedaron dormidos (succionar el pecho o biberón, chupete, brazos o porteo…) no están presentes y se despiertan por completo al pasar de una fase a otra del sueño.
Las ventanas de sueño son otro factor a tener en cuenta, se definen como el tiempo máximo que un bebé puede estar despierto de acuerdo a su edad. Recuerda que son aproximadas, que tu bebé puede cumplirlas como un reloj o no. Dependiendo de la edad de tu bebé se recomiendan un número de siestas al día y un número de horas de sueño a la noche.
Es importante tener en cuenta su edad y si ha descansado bien por la noche.
Los bebés pequeños no pueden aguantar mucho tiempo despiertos y, por lo tanto, necesitan dormir más frecuentemente durante el día.
Sin embargo, si un bebé pequeño descansa lo suficientemente bien por la noche, es posible que no le quede mucho sueño para las siestas largas durante el día. Los bebés a medida que crecen y son más mayores, pueden permanecer despiertos más tiempo durante el día, por lo que duermen menos siestas y tienen un patrón de sueño más consolidado, lo que tiende a significar siestas de mayor duración.
Esto es lo que le pasó a mi peque, ella en la época de siestas de 30 minutos dormía muy bien por la noche. El término “muy bien” depende de cada familia, en nuestro caso eran máximo tres o cuatro despertares para comer sin desvelos. Además, su hora de irse a la cama era temprana y esto, descubrí que le ayudaba a enganchar ciclos largos de sueño. Sobre las 19h comenzábamos la rutina de sueño y sobre las 19:15 o 19:30 solía estar dormida. De manera progresiva, sobre los 7 meses cambió a dos siestas y estas eran más largas, ya era capaz de enganchar ciclos de sueño y pasar de un tipo de sueño al otro
Confieso que el porteo ha sido buen aliado especialmente cuando la he visto más cansada o peleona para alargar esas siestas. Más adelante veremos otras opciones.
Volviendo a las siestas cortas, a veces, si los peques no descansan lo suficiente pueden mostrar signos de cansancio mucho antes, parece que se levantan cansados de la siesta, no han recuperado todas las fuerzas que necesitaban. Para muchos niños, las siestas cortas son una señal de que se mantienen despiertos demasiado tiempo mostrando signos de cansancio excesivo.
Es conveniente barajar otras opciones como el nivel de actividad que experimenta el bebé durante esos periodos despierto. Ofrecer actividades que sean interesantes y estimulantes para el bebé cuando está despierto ayuda a que pueda utilizar esa energía que ha estado recuperando con la siesta y así pueda pasar por los ciclos del sueño.
Otras ideas que pueden afectar y acortan el sueño del bebé son: demasiada o muy poca estimulación, factores ambientales, hambre, frío, calor, dolor o malestar…
Existen varias ideas para prolongar los periodos de sueño de los bebés. En cualquier caso, esto son sugerencias, puede no ir con el estilo de crianza particular o puede no funcionar con un peque pero con otro sí.
Prolongando las siestas, puedes ayudar a que tu bebé aprenda a dormir más tiempo y es posible que las siestas se alarguen naturalmente por sí solas.
Comentarte también, que existe el método “despertar para dormir” que consiste en: una vez que tu bebé lleve durmiendo unos 25 minutos (o que calcules unos cinco minutos antes de su hora habitual de despertarse) acaricies suavemente su mejilla o acariciarle lo mínimo para que se mueva ligeramente. El método afirma que esta acción reinicia el ciclo de sueño y con el tiempo, puedes enseñarle a tu hijo a hacer la transición del ciclo del sueño por su cuenta, especialmente si tu hijo aprende a conciliar el sueño de forma independiente.
¡Paciencia! El sueño es evolutivo y va a fases. No todos los bebés son iguales y un mismo bebé puede tener rachas muy distintas, lo que comentábamos al principio sobre las crisis.
Por ejemplo, hay bebés entre los 4 y los 6 meses de edad, que no duermen bien las siestas durante el día.
¡Más paciencia! Buenas noticias, la duración de la siesta se equilibra a medida que los bebés crecen. La mayoría de los que hacen siestas cortas comienzan a dormir siestas más largas una vez que duermen 2 siestas de manera constante, suele ocurrir entre los 5 y los 8 meses de edad, ¡¡Yo doy fe!!!
Para algunos bebés, la transición a 2 siestas ocurre porque las siestas se alargan naturalmente. Para otros el tiempo despierto comienza a alargarse, esas ventanas de sueño que comenté al principio. Para otros, el sueño nocturno se ve perturbado por despertares adicionales o despertarse temprano en la mañana, lo que indica que ha llegado el momento de un cambio de horario.
Sin embargo, cuando ocurre la transición a 2 siestas, muchos bebés que solían dormir poco comienzan a dormir al menos una hora por cada siesta. Para algunos bebés, las siestas no se alargan hasta que pasan a una siesta y algunos bebés simplemente solo necesitan una siesta de 30 a 45 minutos y nunca tendrán siestas largas. ¿Cuál de estos crees que es tu bebé?
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